En la juventud, nuestra piel tiene la capacidad de retener el agua suficiente para mantener un equilibrio de humedad que evite que se maltrate fácilmente y que aporte un aspecto de suavidad y elasticidad. Sin embargo, con el paso del tiempo y especialmente cuando pasamos la barrera de los 30, la producción natural de ácido hialurónico se reduce y esto se refleja en la salud de la piel con consecuencias como la pérdida de firmeza y volumen en nuestra dermis, lo que da paso al envejecimiento de la misma.
Si a lo anterior le sumamos los factores climáticos como la exposición al sol, contaminación, etcétera, es necesario utilizar cremas protectoras que además de contar con ácido hialurónico, contengan en su fórmula filtros solares de alta resistencia y al mismo tiempo que eviten ingredientes agresivos para nuestra piel.
Utilizar de manera rutinaria productos con ácido hialurónico es esencial para ayudar a mitigar los problemas de envejecimiento y mantener un buen balance en la piel, haciendo que recupere humedad, mejorando su volumen y humectando las capas de la piel para mejorar así su aspecto.